Dos nuevas especies de ranas del género Pristimantis fueron descritas por investigadores del Instituto Nacional de Biodiversidad (INABIO), Pontificia Universidad Católica del Ecuador y University of California Berkeley en la cuenca alta del río Napo. Las dos especies presentan pliegues dorsolaterales bien definidos, un tubérculo cónico en el párpado, una papila en la punta del hocico, discos poco dilatados y tamaño pequeño.
Pristimantis omarrhynchus se conoce para dos localidades de las estribaciones orientales de los Andes de Ecuador, en las provincias de Napo y Sucumbíos. Fue registrada en las faldas del volcán Reventador, entre los 1700 y 1800 msnm, en los bosques siempreverde montano y montano bajo de la cordillera oriental de los Andes norte de Ecuador.
Estas áreas corresponden a los límites del piso zoogeográfico subtropical y piso templado. Los especímenes tipo fueron colectados en vegetación arbustiva de hasta 1,5 m del suelo aproximadamente, en su mayoría dentro del bosque maduro y algunos ejemplares en los claros, bordes de bosque y áreas intervenidas.
Su nombre lleva en honor al célebre herpetólogo ecuatoriano Omar Torres-Carvajal, curador de reptiles del Museo de Zoología QCAZ, cuya notable y sobresaliente contribución al estudio de los reptiles neotropicales es digna de reconocimiento. El epíteto específico es un patronímico que resulta de la combinación del nombre personal “Omar” y el término latín “rhyncus=nariz”.
Pristimantis miltongallardoi habita en la provincia de Napo, en tres localidades de las estribaciones orientales de los Andes, en los drenajes de la subcuenca del río Cosanga. Ha sido registrada en bosque secundario, claros, bordes de bosques y áreas intervenidas, algunos individuos fueron encontrados en la vía a Baeza a los 1840 msnm; en Cosanga, Estación Científica Yanayacu, en un intervalo altitudinal entre 1800–2137 msnm, y al sur de la cordillera de los Guacamayos, a 1927 msnm.
Habita los bosques siempreverde montano de la cordillera oriental de los Andes norte de Ecuador y el Bosque Montano Oriental. Corresponde a los límites altitudinales de los pisos zoogeográficos Subtropical y Templado.
Su nombre lo lleva en honor a Milton H. Gallardo, científico miembro de la Academia de Ciencias de América Latina, Ph.D. en Biología y profesor de Genética y Evolución en la Facultad de Ciencias de Universidad Austral de Chile. Fue parte del programa Prometeo en Ecuador y desde esta posición impulsó la gestión del Museo Ecuatoriano de Ciencias Naturales y apoyó su transición al actual Instituto Nacional de Biodiversidad. Su obra “Evolución: el curso de la vida” es uno de sus legados más importantes de su carrera para las nuevas generaciones Latinoamericanas.
Según los investigadores, Patricia Bejarano-Muñoz, Santiago R. Ron, María José Navarrete, y Mario H. Yánez-Muñoz, la región noroccidental de la cuenca del río Amazonas se caracteriza porque sus sistemas tributarios nacen del ramal oriental de los Andes de Ecuador. Particularmente la cuenca alta del río Napo, integra bosques montanos de los Andes con los bosques tropicales amazónicos que presentan singular importancia por su alto nivel de vulnerabilidad frente a las dinámicas de cambios de cobertura y uso de la tierra.
En estos biomas se concentra una gran diversidad y endemismo de fauna anura, resaltando en sus comunidades, la abundancia y redundancia de la diversidad de ranas de desarrollo directo del género Pristimantis. Específicamente en las subcuencas de los ríos Coca y Aguarico, se encuentran biomas piemontanos y montano bajos entre los 600 y 2200 msnm, que acogen un importante punto caliente de diversidad de ranas terrestres Pristimantis, con más de 24 especies reportadas hasta el momento, de las cuales el 38% se encuentran amenazadas y casi la mitad de las especies (46%) son endémicas de estos sistemas montañosos.
El estudio completo se encuentra publicado en la Revista Cuadernos de Herpetología: http://ojs.aha.org.ar/index.php/CdH/article/view/48
El INABIO es una institución que busca generar conocimiento y desarrollar ciencia, tecnología e innovación que requiere el Estado ecuatoriano para garantizar la conservación de su patrimonio natural mediante el uso soberano, estratégico y sustentable de la biodiversidad y sus componentes para la consolidación de la sociedad del buen vivir. De manera sinérgica, el fortalecimiento de programas y proyectos de investigación, junto a la Academia, permiten alcanzar objetivos nacionales estratégicos detallados en la Agenda Nacional de Biodiversidad de Ecuador.