La lactancia materna es esencial para un desarrollo apropiado de los pequeños. No obstante, cuando es deficiente, es importante saber por qué y cómo repercute en la salud de madre e hijo.
Por eso, a propósito de la Semana Mundial de la Lactancia Materna, hablamos con el Dr. Jorge Casaña Mohedo, docente de la Facultad de Ciencias de la Salud de la Universidad Internacional de Valencia – VIU, perteneciente Planeta Formación y Universidades, para identificar los riesgos que supone no amamantar correctamente.
Enfermedades por no amamantar al bebé
Una lactancia insuficiente puede generar grandes problemas a futuro.
Según lo explica el experto, «a corto plazo, la lactancia deficiente puede derivar en enfermedades infecciosas gastrointestinales e infecciones del tracto respiratorio como otitis, gastroenteritis y neumonías, así como un mayor riesgo de padecer el síndrome de muerte súbita del lactante».
Y a largo plazo, los riesgos van en relación a «una mayor prevalencia de obesidad, presión arterial, colesterol total, diabetes tipo 2, así como algunos tipos de cáncer como la leucemia».
También múltiples estudios muestran puntuaciones más bajas en cuanto al coeficiente intelectual de los niños/as alimentados con fórmula comparado con los amamantados.
En cuanto a la madre, no amamantar puede retrasar bastante la recuperación post parto.
Amamantar hasta los seis meses
Como aspecto fundamental, la OMS recomienda que las madres amamanten a sus hijos durante los primeros seis meses de vida de forma exclusiva y se extienda hasta los dos años complementado con alimentos adecuados para tal fin. Incluso, se ha hablado de extender esta primera cuota de lactancia.
«Uno de los objetivos que se establecieron en la Asamblea Mundial de la Salud en 2012 (WHA) fue el de aumentar la tasa de lactancia materna exclusiva en los primeros 6 meses al menos al 50% para el año 2025, aunque es un objetivo que sigue lejano», indica el docente.
¿Qué pasa cuando una madre no produce leche?
En ocasiones se presentan casos donde las madres no pueden amamantar lo suficiente por una poca producción de leche. Son casos escasos, pero que suceden, debido a un bajo tejido glandular o sangrado excesivo durante el parto.
Al consultar sobre este tema, el docente explica que muchas veces las mujeres dudan sobre su capacidad de producir leche suficiente, pero son temores infundados, pues las circunstancias que dificultan o impiden la correcta lactancia son escasos y se pueden tratar rápidamente.
Jorge Casaña indica que «los pocos casos en que las madres son incapaces de producir leche suficiente son la hipoplasia mamaria, es decir un escaso desarrollo de la glándula mamaria (nada que ver con tener poco pecho), trastornos alimentarios durante la pubertad que producen amenorreas sostenidas, hemorragia grave durante el parto, posparto o en etapas anteriores de la vida (Síndrome de Shehann)».
Son situaciones que inhiben la secreción de hormonas por parte de la hipófisis, según palabras del docente de la Universidad Internacional de Valencia, pero no hay razón para que sea signo de alarma.
«En muchas ocasiones sí es cierto que hay un mal inicio de lactancia y ello puede producir algunos problemas de producción inicial de leche por parte de la madre, pero la producción de leche se inicia tras el desprendimiento de la placenta y la desaparición de estrógenos y con ello, el inicio de secreción de prolactina y la oxitocina», concluye Jorge Casaña.
La semana mundial de la lactancia materna se celebra del 1 al 7 de agosto, una fecha propicia para hacer conciencia sobre la importancia de amamantar, así como de derrumbar temores alrededor del tema.