El 19 de junio, durante una rueda de prensa realizada en el ECU 911 de Samborondón, provincia del Guayas, fue indicado por el ministro de Energía y Minas (e), Roberto Luque, que la suspensión eléctrica ocurrida en la jornada respondía a la falta de inversión en el sistema de transmisión del Ecuador. La falla, que se produjo en la línea de Milagro-Zhoray, ocasionó una desconexión en cascada a nivel nacional.
«El evento que ocurrió esta tarde es una muestra más de que el sistema energético está en crisis y tiene varias aristas reflejadas en los sistemas de generación, distribución y transmisión», señaló Luque. La generación insuficiente frente a la demanda provocó un colapso en cadena, resultando en un evento de «Black Out».
Luque enfatizó que los cortes experimentados fueron consecuencia de la falta de inversión y mantenimiento en la nueva transmisión eléctrica y protección de la infraestructura. En respuesta al evento, técnicos de la Corporación Eléctrica del Ecuador (CELEC EP) y de las Fuerzas Armadas del Ecuador fueron desplazados hacia la línea afectada para investigar las causas y evaluar los daños físicos.
Además, el ministro reveló que, a pesar de una consulta realizada desde el año 2004, cuando se comenzó a programar un Sistema de Protección Sistémica para hacer inversiones que salvaguarden la infraestructura de generación y transmisión, estas no se llevaron a cabo como se debía.
«Convoco a un Comité de Crisis para formar un Subcomité de Análisis de Fallas, que será liderado por el Operador Nacional de Electricidad (CENACE) e incluirá a funcionarios del Ministerio de Energía y Minas y de CELEC EP», declaró Luque.
El objetivo de este comité es determinar la inversión necesaria para fortalecer los sistemas de generación y transmisión.
La crisis energética reflejada por este incidente pone de manifiesto la fragilidad del sistema eléctrico ecuatoriano y la necesidad de intervenciones significativas para asegurar la estabilidad futura.
El Gobierno Nacional está trabajando para abordar los problemas de inversión que se han acumulado a lo largo de los años, asegurando que este tipo de eventos, que son inusuales y raros, sirvan como una llamada de atención para priorizar la modernización y el mantenimiento del sistema energético del país.