Accidentes por irrespeto a semáforos se incrementan

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Carlos Iles, quien hace cuatro años sufrió un accidente de tránsito en la ciudad de Ibarra, es uno de los rostros visibles de las trágicas consecuencias que puede tener el irrespeto a las señales de tránsito. El fatídico día en que perdió a su cuñado en un choque, sigue grabado en su memoria. “Viajábamos en moto, el semáforo cambió a rojo, pero mi cuñado no se detuvo. Vi cómo un carro se acercaba hacia nosotros. No olvidaré el sonido de las llantas frenando y el impacto. Salí volando, y mi cuñado falleció en el accidente”, lamentó Iles.

 

 

Tras ese accidente, Iles estuvo tres veces en coma y fue sometido a múltiples cirugías para recuperar la movilidad de sus piernas. A pesar de su lucha diaria, enfatiza la necesidad de aprender de experiencias como la suya. “Si hubiéramos respetado el semáforo, habríamos evitado esta tragedia. Perdí a mi cuñado y mi vida cambió para siempre. No quiero que nadie más pase por lo que yo viví”, expresó, instando a la ciudadanía a respetar las señales de tránsito.

 

 

Las estadísticas de la Empresa Pública de Movilidad del Norte (Movidelnor EP) revelan que el irrespeto a las señales, principalmente la luz roja del semáforo, se ha convertido en la segunda causa más frecuente de siniestros viales en la región. Entre los años 2019 y 2023, en la Mancomunidad de Tránsito del Norte, se registraron 32 muertes y 443 heridos vinculados a esta infracción. Solo entre enero y julio de 2024, se reportaron 597 accidentes, con un saldo de 5 fallecidos y 34 lesionados.

Michael Jiménez, gerente general de Movidelnor EP, señaló que el irrespeto a la luz roja del semáforo representa el 40% de la siniestralidad registrada en los primeros siete meses de 2024. Ante esta preocupante situación, hizo un llamado a la ciudadanía para que reflexione sobre la importancia de respetar las señales de tránsito. “Cada señal en la vía cumple una función específica para guiar y proteger a todos los usuarios. Ignorarlas puede tener consecuencias fatales”, puntualizó.

 

 

Un accidente reciente, ocurrido el 26 de julio de 2024 en Otavalo, ilustra el riesgo. A las 07:45, un bus de transporte interprovincial se pasó la luz roja y embistió a un automóvil en la Panamericana E35. En el siniestro, una madre de familia perdió la vida. Tras este hecho, la indignación ciudadana creció, inundando las redes sociales con videos que muestran a conductores de buses cometiendo la misma infracción.

 

 

Este fenómeno expone una problemática que se replica a nivel nacional, subrayando la urgente necesidad de generar un sistema de autorregulación en las operadoras de transporte, implementar controles más estrictos y, sobre todo, concienciar a los conductores sobre las trágicas consecuencias del irrespeto a las señales de tránsito.