La presencia de un jaguar, especie en peligro crítico de extinción, ha sido confirmada en el noroeste de Ecuador tras siete años de ausencia en Manduriacu y al menos 15 años en Junín. Esta revelación se logró mediante monitoreos con cámaras trampa realizados entre noviembre de 2023 y febrero de 2024, en un esfuerzo colaborativo de múltiples instituciones académicas, organizaciones de conservación y comunidades locales.
Entre octubre y diciembre de 2023, se instalaron 20 cámaras trampa en la Reserva Río Manduriacu, ubicada en la Biorregión de los Andes Tropicales, a una altitud de entre 1200 y 1800 metros sobre el nivel del mar. Este monitoreo fue liderado por la Universidad Central del Ecuador, Fundación EcoMinga y Fundación Cóndor Andino. El 30 de noviembre, una de las cámaras capturó al jaguar, marcando un hito para la conservación de este felino en Ecuador.
En paralelo, un estudio con cámaras trampa fue realizado en el Bosque Comunitario de Junín, dentro de la concesión minera Llurimagua, entre enero y febrero de 2024. Dos cámaras captaron imágenes del jaguar el 24 de enero y el 11 de febrero, los primeros registros confirmados en esta área en al menos 15 años. El análisis de patrones de pelaje realizado por los investigadores determinó que se trata del mismo individuo, lo que sugiere que el jaguar está recorriendo ambas áreas de estudio.
Además del jaguar, se registró la presencia de osos andinos en ambas zonas, destacando la riqueza de biodiversidad de la región. En Manduriacu, un oso andino fue fotografiado el 23 de octubre de 2023, a 1,5 kilómetros del lugar donde se captó al jaguar. En Junín, cámaras trampa identificaron tres osos diferentes entre junio de 2023 y agosto de 2024.
La reaparición del jaguar en la región subraya la necesidad urgente de fortalecer las estrategias de conservación. Las instituciones involucradas han enfatizado la importancia de la colaboración entre comunidades locales, ONG, agencias gubernamentales e instituciones académicas para garantizar la coexistencia entre humanos y grandes carnívoros, mitigando posibles conflictos.
El estudio, desarrollado por un equipo multidisciplinario liderado por instituciones como el Instituto Nacional de Biodiversidad (INABIO), refuerza la relevancia de proteger áreas biodiversas y generar conocimiento científico para la conservación. Los resultados están disponibles en la revista Neotropical Biodiversity, consolidando un enfoque científico para abordar los desafíos de conservación en Ecuador.
Este hallazgo refuerza el compromiso de las organizaciones participantes con la preservación de especies en peligro y la implementación de políticas sostenibles que aseguren la supervivencia de la fauna en el país.