Los pobladores de la comunidad Pisangacho, ubicada en la parroquia San Blas del cantón Urcuquí, son ejemplo de lucha, constancia y trabajo. Esto valores les han llevado a hacer realidad sus sueños. Uno de ellos, la construcción del sistema de riego que abastece a 480 hectáreas de tierras, dedicadas a cultivos alternativos, que permiten sustituir o complementar a los que se producen de manera tradicional: cebada, fréjol, maíz.
Conseguir este objetivo no fue fácil. Lo vieron concretarse después de 8 años de un intenso esfuerzo. Las 120 familias, dedicadas a labrar la tierra, a base de picos, palas, azadones y maquinaria excavaron 16 kilómetros, en medio de montañas para traer agua, desde la Ciénega de Pantaví, una fuente que se encuentra en la parte alta de este sitio. “Fue una tarea titánica que ha dejado huella en nuestra salud e integridad física. Las mingas fueron constantes. Día y noche nos juntamos para abrir el canal”, comenta Luis Morán, vicepresidente de la Junta de Riego de Pisangacho.
El dirigente, después de haber sido parte de esta gran lucha, dice estar satisfecho, pues el resultado es grande. Ahora los agricultores cuentan con un recurso relevante para hacer producir el campo y así mejorar su economía y calidad de vida. Con esta obra, los terrenos que durante años permanecían secos, ahora son regados a diario para que la semilla de fruto abundante. “Al final se hizo efectiva una aspiración que teníamos. Estamos seguros de que nuestros hijos y nietos, en el futuro tendrán mejores oportunidades de progreso”, señala en tono sonriente.
Mónica Ponce es otra de las dirigentes de la Junta de Riego. Para ella, la actual administración de la Prefectura Ciudadana de Imbabura siempre estuvo atenta, de manera diligente, para atender la necesidad de los comuneros. “Las mingas jugaron un papel importante. En medio de sol o lluvia, hemos trabajado con total dedicación para que el agua llegue a nuestras parcelas, pero en medio de todo esto, el apoyo del prefecto Richard Calderón fue fundamental para que se construya este sistema de riego”, enfatiza.
William Alcuaser, presidente de la Junta de Riego, se suma al agradecimiento a la Prefectura aseverando que, aparte de estar feliz por esta obra emblemática, le invade el orgullo de haber hecho enormes esfuerzos con todos sus vecinos y vecinas para construir el canal por donde corre el agua. Manifiesta que el ánimo para seguir adelante lo recibieron del prefecto Calderón, quien día tras día, estuvo pendiente sobre el avance de esta tarea.
Subraya que ver correr el agua en dirección a cada una de las propiedades agrícolas es motivo de satisfacción y esperanza de una vida próspera. Esta nueva realidad, según sus palabras, les llena de entusiasmo para poner en marcha el cultivo de productos que antes no eran típicos de la zona: manzana, pera, reina claudia, aguacate, naranjilla. “Todo lo que se ha hecho, no solo beneficia a esta comunidad, sino también al cantón y la provincia, porque, como agricultores, vamos a tener la capacidad de abastecer de alimentos de calidad a los mercados”, manifiesta.