Después de una semana de lluvias que permitió incrementar temporalmente la generación eléctrica, el caudal del río Coca volvió a disminuir, impactando directamente a la hidroeléctrica más grande del país, Coca Codo Sinclair. A las 10:00 de este lunes, la central solo pudo generar 380 megavatios, una cifra muy por debajo de su capacidad instalada de 1.500 megavatios.
El descenso es significativo, considerando que el sábado Coca Codo Sinclair alcanzó una generación de 1.000 megavatios, y el domingo se mantuvo por encima de los 700 megavatios. Ese repunte temporal permitió reducir la duración de los apagones durante el fin de semana y mantener apagadas las hidroeléctricas del río Paute.
Con la caída en la producción de Coca Codo Sinclair, las hidroeléctricas del complejo del Paute comenzaron a operar nuevamente este lunes. Molino y Sopladora, dos de las centrales del sistema, fueron encendidas a las 09:00, alcanzando juntas una producción superior a 700 megavatios, lo que representa el 50% de su capacidad instalada.
Esta estrategia permite mantener apagada la central Mazar, el primer embalse del sistema y el más grande del río Paute, para recuperar progresivamente sus reservas. Según el CENACE, esta tarde se encenderá Mazar para liberar agua y llenar el embalse de Amaluza, aplicando así un manejo en cadena para optimizar los recursos hídricos disponibles.
El Instituto Nacional de Meteorología e Hidrología (INAMHI) advirtió que esta semana no se esperan lluvias significativas en las cuencas de los ríos Coca y Paute, lo que afectará la capacidad de generación en Coca Codo Sinclair, que depende exclusivamente de las precipitaciones al carecer de embalse.
En ausencia de lluvias, será necesario seguir utilizando las hidroeléctricas del Paute para suplir la demanda energética, lo que podría comprometer las reservas de agua en esa cuenca.
El panorama energético del país continúa siendo incierto, con las condiciones climáticas como factor clave para estabilizar la generación y minimizar el impacto en los usuarios finales.
