
En las últimas horas, un nuevo derrame de petróleo sacudió a la provincia de Esmeraldas, en el noroeste de Ecuador, tras la rotura de una tubería del Sistema de Oleoducto Transecuatoriano (SOTE) en el sector El Vergel, cantón Quinindé. El incidente, reportado la tarde del jueves 13 de marzo de 2025, desató una emergencia ambiental que amenaza los ríos de la zona y ha obligado a suspender la captación de agua del río Esmeraldas, principal fuente de abastecimiento para la ciudad.
Petroecuador, empresa estatal a cargo del oleoducto, informó que activó de inmediato su Plan de Contingencia y los protocolos operativos correspondientes, trabajando en coordinación con autoridades locales para contener el derrame. Preliminarmente, se señala que un deslizamiento de tierra pudo haber provocado la ruptura, aunque aún no se descartan otras causas, como actos deliberados de grupos delincuenciales, según reportes iniciales de medios locales.
La contaminación ha alcanzado cuerpos de agua cercanos, afectando el ecosistema y generando preocupación entre las comunidades ribereñas. Las plantas de tratamiento de agua han suspendido su producción como medida preventiva ante la presencia de hidrocarburos, dejando a miles de habitantes sin acceso al recurso. Organizaciones ambientales y ciudadanos han expresado su indignación en redes sociales, calificando el hecho como un «lamentable desastre ambiental y de salud».
Este incidente se suma a una serie de derrames recientes en el país, como el ocurrido el pasado 9 de marzo en Napo, donde el crudo afectó la vía Papallacta-Baeza y el río Quijos. Las autoridades han prometido una investigación exhaustiva para determinar las causas y evaluar el impacto, mientras equipos de emergencia trabajan contrarreloj para mitigar los daños. La situación mantiene en alerta a la población y pone de nuevo en el foco la vulnerabilidad de la infraestructura petrolera en Ecuador.
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