
La Asamblea de Evaluación del Paro Nacional, convocada por la Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador (CONAIE) y realizada este martes 7 de octubre de 2025, en la Chijallta FICI de Otavalo, resolvió mantener las movilizaciones que se desarrollan en distintas provincias del país, pese a los llamados al diálogo.
El encuentro contó con la presencia del presidente de la CONAIE, Marlon Vargas, junto a su Consejo de Gobierno, dirigentes de bases y representantes de organizaciones filiales. Durante la asamblea se realizó un balance de los 17 días de paralización que, en el caso de Imbabura, mantienen bloqueos en varios tramos de la red vial y suspensión parcial de actividades económicas.
Según los dirigentes, la decisión de continuar con las protestas responde a la falta de acuerdos concretos y al incumplimiento de compromisos previos relacionados con la eliminación del subsidio al diésel, los costos de vida y la situación de las comunidades rurales.

Reunión con el Gobierno fue cancelada
Mientras se desarrollaba la asamblea, la Unión de Organizaciones Campesinas e Indígenas de Cotacachi (UNORCAC) informó, mediante un video difundido en redes sociales, que el Gobierno Nacional canceló una reunión prevista para este miércoles en Quito, donde se esperaba abordar posibles soluciones a la crisis.
De acuerdo con el pronunciamiento, la UNORCAC fue notificada en horas de la noche sobre la suspensión del encuentro, “sin mayores explicaciones”, lo que generó malestar entre los dirigentes que esperaban retomar el diálogo con representantes del Ejecutivo.
Balance y decisiones
En la reunión de Otavalo, los líderes indígenas coincidieron en que el proceso de movilización “no se detendrá” hasta contar con respuestas claras del Gobierno y medidas concretas frente a las demandas sociales. También analizaron la situación de las comunidades afectadas por la paralización, la necesidad de garantizar corredores humanitarios y la coordinación de acciones conjuntas entre las organizaciones de base.
La CONAIE anunció que continuará con las movilizaciones de manera “ordenada y pacífica”, pero reiteró que el movimiento indígena mantendrá su posición de resistencia hasta que el Gobierno reinstale el diálogo con garantías y compromisos verificables.
La paralización en Imbabura, que comenzó hace más de dos semanas, afecta la movilidad, el abastecimiento de alimentos y el desarrollo de actividades productivas, mientras distintos sectores sociales piden una pronta solución al conflicto.
