Reciente investigación recopila información de 630 comunidades de micromamíferos no voladores distribuidas geográficamente a lo largo de 22 ecorregiones terrestres de los Andes de América del Sur, desde el oeste de Venezuela hasta el centro-oeste de Argentina, pasando por Colombia, Ecuador, Perú, Bolivia y Chile.
El estudio presenta un conjunto de datos de fuente abierta que contiene información sobre diversidad (composición de especies, número de individuos capturados), diseño del inventario (tipo de trampas, esfuerzos de muestreo), y ambiente (hábitat) tanto para información no publicada como publicada.
El equipo de investigadores conformado por Edgardo Rengifo, Jorge Brito, Jorge Jayat, Raisa Cairampoma y otros obtuvo información de 119 fuentes, entre artículos, tesis, disertaciones, informes técnicos, capítulos de libros, datos personales inéditos, búsquedas en literatura de Google Scholar, compilando un total de 26.412 registros individuales pertenecientes a 240 especies de micromamíferos no voladores como: roedores, raposas, zarigüeyas, musarañas, puercoespines, comadrejas, conejos andinos, ardillas de cola roja, chinchillón común, y otros; el orden con mayor número de registros fue Rodentia (roedores), seguida de Didelphimorphia (zarigüeyas), Eulipotyphla (erizos, topos, musarañas) y Paucituberculata (marsupiales).
Las comunidades de pequeños mamíferos andinos no voladores albergan un rango de 1-17 especies, con 93.06 % de sitios compuestos de una a cinco especies, 27.78% de sitios con riqueza de especies variando de seis a diez especies, y 4.17% sitios compuestos por más de diez especies.
Se emplearon múltiples métodos de muestreo para estudiar los pequeños mamíferos no voladores; los métodos más representativos fueron las trampas de resorte y las trampas Sherman, o una combinación de ambos, en más del 81% de los estudios.
Los autores destacan que los datos obtenidos representan el primer gran conjunto de datos de inventarios de especies faunísticas de los Andes, los cuales no tienen restricciones de derechos de autor asociadas con el uso de estos datos.
Concluyen su investigación resaltando que los inventarios de diversidad son utilizados para estudiar patrones de biodiversidad y distribución de especies, para identificar posibles áreas prioritarias para la conservación, y para guiar futuros esfuerzos de muestreo.
El estudio fue realizado por un equipo de expertos de la Universidade de São Paulo, Instituto Nacional de Biodiversidad, CONICET-Fundacion Miguel Lillo, Universidad Nacional de San Marcos, National Scientific and Technical Research Council, Centro de Investigación Biodiversidad Sostenible de Perú, Universidad Nacional de Jujuy, Universidad Nacional de San Agustín de Arequipa, Escuela Politécnica Nacional, Universidad de Antioquia, Jardín Botánico de Quito, Museo Argentino de Ciencias Naturales “Bernardino Rivadavia”, Universidad Austral de Chile, y publicado en Dryad, un repositorio internacional de acceso abierto de datos de investigación.